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Me monto en el avión rumba a Gothenburg y leo, en la revista del avión una breve reseña sobre la cocina escandinava. En ella se preguntaban : ¿Cual es el chef sueco más famoso de la galaxia?, a sabiendas que la respuesta sería única y al unísono: “El chef sueco de los Muppets”.
Este bigotudo entraba en escena acompañado de su inolvidable melodía que concluía siempre con un «Börk, börk, börk!» : mientras lanzaba al aire los instrumentos de cocina tradicionales y daba paso a las más  insólitas  recetas con instrumentos algo atípicos.

Chocolate...moooooose!

Sus recetas son parte de la historia del humorismo mas fino y gracioso que nos ha dejado la televisión: la preparación de las doughnuts –See de moofin? Und here mit de boome shooten! ( lanzaba una masa al aire y le disparaba un balazo por el centro); espaguetis que huían deslizándose como serpientes; y la inolvidable “chocolate moooosssse”, preparada con chocolate derretido delicadamente pincelado sobre un sorprendido “mus” (alce). Toda las recetas narradas en un delirante gibberish.

Con la desaparición del show de los Muppets , el camino quedó allanado para la siguiente generación de chefs, esta vez mas fundamentosos y que gracias a programas semanales de cocina han logrado que el mundo se fije en la cocina de estas latitudes. Nombres como Leif Mannerstrom , Mathias Dahlgren o Tina Nordström, por mencionar solo algunos,  aparecen regularmente en la televisión se han encargado de dar a conocer en el mundo la cocina de estas latitudes.
A esto cabe agregar que el mediático Jamie Oliver dedica en su último recetario (“Viajando con Jamie”) mas de 50 páginas a la cocina escandinava.
De mis incursiones por Finlandia conservo tres recuerdos : sus numerosas variantes de panes, preparados con muchos cereales y frutos secos; sus peces ahumados que comen aún en el desayuno y sus patas de cangrejo gigante (king crab)  y la carne de reno que la preparan de mil formas.
De Suecia me llevo también el recuerdo de sus panes (no dejen de visitar la panadería en la calle Nybrogatan en Estocolmo, al lado de una excelente quesería francesa que se llama Androuent ; http://www.androuet.nu) y el aroma del eneldo que lo ponen en sus pescados y ensaladillas de camarones o patatas o cangrejo. Son grandes también en los productos conservados: mermeladas varias y pepinillos.
Producen por cierto un sucedáneo de caviar, mucho menos caro, de color anaranjado y de sabor muy agradable.
Me traje además a casa, y gracias a los buenos oficios de mi prima Gabriela, un paquete de excelentes galletas llamadas knäckebrod (que  se consiguen  en las tiendas IKEA regadas por el mundo).

Knäckebrod


Hay otro ingrediente que gusta mucho a los suecos y cuya afición comparten con los norteamericanos, es el rábano picante. Lo rallan y lo colocan fresco al lado del pescado. Es una raiz que recuerda una zanahoria amarillenta. Se puede igualmente rallar y mezclar con mayonesa o crema agria.
Pero no limitan su afición a ésta raíz . De hecho, comen mucha una que llaman celery pero que en realidad es un tubérculo además de remolacha (que por cierto se consigue fresca. En España una remolacha fresca es un producto en extinciòn: se la consigue hervida y empaquetada en plástico).
Consigue caminando por las calles de Estocolmo una tiendecita que vendía una bolsa de chips hechos con todas estas raices y hortalizas que les he mencionado, además de patatas y batatas, todas finamente rebanadas , fritas y saladas (Yo hago una versión donde en vez de freir , coloco las lonjas finísimas en el horno, pinceladas con aceite. Las dejo cocinar a calor muy lento y de vez en cuando las volteo hasta que se deshidraten. Las salo antes de servir. Se ven muy bellas porque quedan como hojas de otoño).
Para comprar panes, vayan al sotano de la célebre tienda NK en Estocolmo. Se trata de una tienda por departamento que tiene en su sótano un área gourmet (para que me duraran los corte en pedazos, los envolví en film plástico y los congelé. Quedan perfectos!)
Como fuimos en Otoño, los manzanos estaban cargados de pequeñas manzanitas rosadas, de tonos mate ( definitivamente eso de que las manzanas tengan la piel brillante es parte del maquillaje que le ponen los supermercados! Que infamia!). Estas manzanitas tienen un sabor casi olvidado: son perfumadas, tienen un acidito muy agradable, crujientes y de pulpa compacta. Es una lástima que el mercado nos impone solamente 3 o 4 variantes que saben casi todas igual y no nos ofrece las miles de variedades tan distintas y tan ricas de manzanas que existen.
Seguiré luego con los mercados.
Y como les diría mi amigo el chef sueco…»Börk, börk, börk!»

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