Debo decir que es una de las casas mas bellas que he visto en mi vida, no solo por su envidiable ubicación con vista a las islas suecas , sino por lo acogedor y familiar del ambiente.
A pesar de ser un hombre muy ocupado, Peter tuvo tiempo de pasar por el mercado de los pescados y comprar un bello ejemplar de rodaballo que horneo, dejándolo jugoso y con la carne en el punto exacto.
Los suecos lo sirven con mantequilla derretida y rábano picante rallado fresco. Louise, su encantadora compañera, nos preparó una tarta con esas extraordinarias manzanas suecas.