El otro día recibimos una invitación a almorzar en un pueblo de la Catalunya tarraconense. Los anfitriones son una encantadora familia cubana asentada por estos lados del Mediterraneo desde hace poco más de 20 años .
Como representantes de aquella isla, mantienen viva la familiaridad, su gran capacidad de arropar a nuevos amigos, con solidos lazos interfamiliares y la nostalgia en el corazón de una tierra dejada con tristeza a la cual siguen amando y con la certeza de haberles dado a sus generaciones sucesivas un futuro de libertad.
En aquella pequeña masía crecen de la mano plantas de banana cubana de la mano de avellanos autóctonos; rosales al lado de un terco guayabo que no se doblega con los inviernos locales e insiste en dar perfumados frutos; maizales siempre listos a entregar sus mazorcas y hojas para la preparación de hallacas (cachapas de hoja) . Por aquella pequeña casa transitaron en pocas horas decenas de familiares en su cita dominguera, para el goce de unos abuelos orgullosos y encantadores que recibían a brazos abiertos, inundando a sus convidados de petons ( besos en catalán), y agazajando con una mesa primorosamente preparada llena de delicias caribeñas. El macho ( así le llaman al cochinillo) se doró en un horno de piedra y ladillo ante la expectación de todos, incluyendo las decenas de gatos cariñosos y Rambo, el gos (perro) de la casa , de nombre furibundo pero carácter apacible.
Y alli nos encontrabamos nosotros, encantados de aquel viaje inesperado al Caribe, arropados por aquesta meravellosa família, comiendo congri en pleno corazón de la Tarraco de Adriano…
Hola soy la hija pequeña de Antonio y Dora me gustaria darte las gracias por lo que has hecho, has logrado que nos sintamos importante durante unos minutos. Lo que has escrito aqui es muy bonito y sobre todo esos abuelos de los que hablas se merecian algo asi muchas gracias y que dios te vendiga.
Ustedes merecen esto y muchísimo mas, se los aseguro. Sois una familia especial y calurosa, llena de afecto hacia el prójimo y que nos acercan a los verdaderos valores de la vida: la amistad, el cariño, una buena mesa,…
Besos a los super abuelos