Para los que me conocen, no soy persona de nostalgias. En lo referente a comida, me encanta comer lo que la tierra ofrece y hago que la cultura me entre -antes que nada-por la boca.
Pero ante el anuncio del Comidista que su elección de los mejores restaurantes del 2016 incluían uno venezolano hizo que reservara a la vuelta de 24 horas. Y bien valió la pena.
Se trata del Restaurante Caña de Azúcar (Muntaner, 69, Barcelona) de dos jóvenes chefs (Adnalay y Adriana Osio) que proponen una versión muy original y atractiva de la gastronomia venezolana. Cada platillo resultó una verdadera sorpresa. El ambiente, acogedor.