
En estos días fuimos al cine a Les Gavarres, un polígono industrial cerca de Tarragona, donde hay muchas salas de cines y una feria de comida.
Para nuestro beneplácito , están abriendo locales nuevos para poder comer antes o después del cine, lo cual se agradece. Uno de ellos nos llamó la atención por su bella decoración: una interesante mezcla entre clásico y moderno, en tonos marrones y cremas y donde se sirve una comida italiana que no esta nada mal. En realidad, hemos comido solamente las pizzas las cuales están hechas sobre un pan finísimo ( casi galleta) que al ser horneado se abomba y al que se le coloca el ingrediente que uno desee. La atención es buena y los precios razonables.
Me llamó la atención el nombre. Había algo que no me cuadraba. No entendía si tenía dislexia o se me había repentinamente olvidado el italiano. Pensé que el local se llamaba «Il Capannone», lo cual hubiese cuadrado perfectamente con el área industrial en donde se encuentra.
Pero no…. Se llama: «Il Capanonne«… ¿La abuela enmantillada? o pero aún, ¿El castrador de abuelas?…
Llamamos al responsable del local. Se acerco un hombre grato ( me reconcilié con la vida: me di cuenta en el acto que aquel hombre no podía matar una mosca, mucho menos castrar una abuela…).
Le pregunté por el nombre del lugar y su significado ( por favor: traten de imaginar mi cara, lo más abobada posible). Cuando me dijo el nombre significaba «recinto industrial» , le hicimos la pregunta de rigor: » Disculpe, pero …no se escribe CAPANNONE?» y respondió » Si, tiene razón , pero como temíamos que la gente no sabría pronunciarlo correctamente decidimos poner la N más adelante».
Ya para ese entonces una dama se había acercado (la dueña) y entonces le digimos: » ¿Ha considerado la posibilidad de que el nombre de su restaurant no sea «Recinto industrial» sino «El castrador de abuelas» ??…
Al hombre de dió un ataque de risa…. A ella no.