Hay una exposición que se inaugura en la Biblioteca Nacional de España el día 22 de diciembre y se titula  «La Cocina en su tinta»

Les copio la reseña que apareció hoy en el País y una que apareció en abril. Pienso ir a verla y les contaré…

La cocina en su tinta:

Una exposición exquisita en la Biblioteca Nacional de España

La cocina y la gastronomía son parte imprescindible del patrimonio cultural. Por esta razón, La Biblioteca Nacional de España ha organizado, con el patrocinio de Telefónica, la exposición La cocina en su tinta, un recorrido por la evolución gastronómica a través de la historia, que tendrá como comisarios a Ferran Adriá, el mejor cocinero del mundo, Carmen Simón, profesora de investigación del CSIC e Isabel Moyano, Jefe de Servicio de Reserva Impresa de la Biblioteca Nacional de España.


La exposición, una de las más interesantes de las que tiene programadas la Biblioteca Nacional, cuenta con diferentes tipologías documentales: manuscritos, libros impresos, carteles, grabados, dibujos, objetos artísticos y piezas etnológicas para mostrar la evolución de los utensilios de cocina y la aplicación de la tecnología a la elaboración de los alimentos.

Llegado este momento, cuando ya hemos abierto el apetito, lo que corresponde es comenzar con un Aperítívo, para iniciarnos en el recorrido culinario a lo largo de la historia.

Chocolatera 1701-1750. Cobre. Museo nacional de Artes Decorativos, Madrid

Un recorrido culinario a través de los tiempos

La Edad Media abre la argumentación expositiva, una época en la que la cocina abusa de la grasa animal y las especias, pero en la que podemos encontrar los primerostratados sobre medicina preventiva para evitar enfermedades, generalmente relacionadas con las grandes epidemias de la época, como la peste.

Es en la Edad Media cuando se tiene conocimiento de los primeros hornos, uno de los elementos más fascinantes de la cocina ya la vez imprescindibles en la actualidad.

Ésta es una de las aportaciones que se introducen durante este periodo histórico – la cultura judía y especialmente, la árabe – para enriquecer el abanico de  productos y técnicas en la cocina tradicional conocida hasta el momento.

Tras este aperitivo de aromas exóticos es hora de saborear el Primer Plato de la exposición, que nos traslada hasta la Edad Moderna, donde el conocimiento de las normas de urbanidad en la mesa adquiere un valor añadido para entrar en la Corte. Los doctores serán los responsables de la mala alimentación de los señores, marcada por

Penagos, Rafael de (1889-1954). Cartel:cromolitografía. BNE

la continuidad en el exceso de grasa y especias en la convirtiendo a la gota, en un padecimiento habitual. La España de los siglos XVI al XVIII, estaba bajo el yugo de la diferenciación. La gordura significaba el bienestar, mientras que la delgadez se asociaba a la imagen de la muerte y la pobreza. En este período histórico, la incorporación de nuevos productos procedentes de América será una de las características que marque el devenir de la cocina tal y como la conocemos en la actualidad. A finales del siglo XV aparecen los primeros recetarios impresos destinados a las clases pudientes, de los cuales existe una amplia representación en la exposición.

La Edad Contemporánea definirá los sabores del Segundo Plato de nuestro menú gastronómico. Durante esta época, la cocina y la alimentación adquieren una importancia que quedará patente en su relación con el bienestar social, cultural y económico. Los avances industriales y científicos transforman los hábitos alimenticios de tal forma que, por ejemplo, el ferrocarril permite la obtención de una mayor variedad en la dieta, puesto que facilita el transporte de productos frescos. De igual forma, las neveras, que no estaban al alcance de todos en el siglo XIX, conservan los alimentos, a lo que se añade la creación de la lata de hojalata soldada y el paso de las cocinas de carbón al gas y la electricidad como fuente de energía.

Es el momento de ensalzar ciertos platos nacionales como la paella o el gazpacho, degustados generalmente, con motivo de las festividades locales o familiares.

Los cocineros comienzan a independizarse y abren sus propios negocios, 10 que les permite relacionarse libremente e incorporar el menú a la rusa, que hoy conocemos como menú del día. El cambio de mentalidad a la hora de afrontar la cultura culinaria, permitirá el acceso de un público numeroso a los recetarios de cocina que, en la mayoría de los casos, representarán la difícil situación que atraviesan los consumidores con el indicativo de «económica». En este sentido, el siglo XIX es el siglo en el que Ía mujer se hace visible y pronto los editores -advierten en ella un público lector nuevo y numeroso, interesado en estos temas por su vinculación social y tradicional a la cocina.

Íntimamente ligada a esta explosión editorial está la publicidad. Los mejores ilustradores se pondrán al servicio de esta industria, encargándose de exaltar como tópicos los símbolos naciones y la utilización de personalidades de la época (políticos, inventores, toreros… ).


Al igual que surge el interés editorial por los recetarios, se inician. los primeros estudios teóricos sobre la gastronomía. El francés Brillat-Savarin y su Fisiología del gusto marcará el inicio de una biblioteca generada por autores como Pardo Figueroa (Dr. Thebussem), Ángel Muro, Néstor Luján, Vázquez Montalbán … e incluso la Real Academia Española de Gastronomía.

Camba, Julio. La casa de Lúculo o el arte de comer. Madrid. 1929

Por estas razones, podremos deleitamos en la exposición con los nuevos formatos documentales como la fotografía,  los carteles y etiquetas publicitarias, así como las revistas de la época.

Esta “ilustración de la alimentación” nada tiene que ver con la realidad que vive en esos momentos gran parte de la población, como consecuencia dejas guerras y de las

crisis económicas. El consumo de productos insanos como la almorta o el pan de altramuces, la existencia de la libreta de racionamiento y el Auxilio Social se hacen tristemente célebres junto con el estraperlo.

A los contrastes dé esta época hay que añadir el nacimiento de los primeros precursores del consumo’ de alimentos biológicos o naturales, asociado al vegetarianismo y el descubrimiento de las vitaminas a partir de 1909 .

Y como colofón a cualquier manjar, no puede faltar el Postre. El siglo XXI abre las puertas de la cocina y la gastronomía como manifestación artística y cultural. Es en este momento, en el que uno de los principales representantes de esta nueva manifestación, Ferran Adriá, pone la guinda al pastel en La cocina en su tinta, con su selección de obras, imágenes audiovisuales y testimonios de los restauradores españoles más importantes.

Escenas de mercado. Girona. 1950 . BNE

El viaje cronológico a través del gusto, texturas y sabores de nuestra cocina, nos llevará por un paseo desde la antigüedad a nuestros días para demostrar que la última y mas sofisticada creación culinaria es el resultado de siglos de conocimientos acumulados.

La cocina en su tinta; una creación en si misma, compone la carta que’ se podrá degustar hasta el 13 de marzo de 2011 en la Sala Recoletos de la Biblioteca Nacional de España. Una oferta para los expertos, novatos y ávidos de conocimiento, inevitablemente deliciosa.


La cocina en su tinta (La Vanguardia 9/4/2010)

La Biblioteca Nacional de España organiza, con el patrocinio de Telefónica, la exposición La cocina en su tinta: un recorrido por la evolución de la gastronomía y de la cocina desde la Edad Media hasta la actualidad a través de la colección de materiales que atesora la Biblioteca sobre esta materia: manuscritos, libros, revistas, fotografías, carteles y etiquetas publicitarias, música…, a la que se han sumado testimonios audiovisuales de algunos de los restauradores españolas más importantes.
Los comisarios de la exposición son Ferrán Adrià; Isabel Moyano, Jefe del Servicio de Reserva Impresa de la BNE y Carmen Simón Palmer, profesora de Investigación del Instituto de la Lengua del CSIC.
La muestra aborda la gastronomía desde diferentes vertientes: la importancia del buen uso de la alimentación para combatir enfermedades y epidemias que la Escuela de Salerno representó desde el año 1000; la aparición de los primeros tratados de higiene, sin olvidar los avances científicos y técnicos del siglo XVIII para el cultivo de los alimentos; la importancia de las formas y el comportamiento en la mesa; y muestra la evolución en las costumbres, la innovación en los productos, la influencia de la religión en los hábitos alimenticios, además de recetarios, menús de cenas reales…
Algunos de los testimonios escritos más antiguos que se presentan datan del siglo XIV, como el Llibre del Sent Sovi, fechado hacia 1324, obra fundamental para conocer la historia de la alimentación europea en la Edad Media, o el Libro de Horas de Carlos VIII. Destaca un ejemplar del Dioscórides en el que se pueden descubrir algunos de los alimentos procedentes de América; el Llibre de Coch, del cocinero del rey Fernando de Nápoles, Rupert Nola, considerado el primer recetario escrito en España, hacia 1490. Otras obras destacadas son Opera, de Bartolomeo Scappi, libro esencial de la cocina europea editado en 1570; la obra de Juan de la Mata, repostero jefe de los primeros Borbones; o El Practicón, de Ángel Muro, auténtico best-seller del género en el siglo XIX

1 comentario en «La Cocina en su tinta, en Madrid»

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