En nuestro reciente recorrido por el Loira, visitamos uno de los castillos mas hermosos: el château de Chenonceau. Si bien su historia es larga, su fama la debe al hecho que el castillo fue un regalo del rey Enrique II a su amante predilecta, Diana de Poitiers. Pero la esposa de Enrique se había prometido echarle a mano al castillo tan pronto tuviera la oportunidad. Y fue así como, ante la prematura muerte de Enrique, la nueva regente – que no era otra que la mismísima Caterina de Medici- se adueño del castillo y sacó a la okupa. Pero no fueron solamente Diana y Caterina las que le dieron el aspecto actual al castillo. Muchas fueron las restauraciones y hoy se visita un lugar cuya hermosura es aumentada por la excelente museología que mantiene los espacios decorado con perfumadas  flores frescas. Uno siente que Caterina puede regresar en cualquier momento. De todas las cocinas en los castillos del Valle del Loira, la de Chenonceau es sin lugar a dudas la mas impactante de todas. Huele a manzana y canela; las ollas de cobre engalanan sus paredes y las mesas para cortar los venados y jabalíes  recién cazados están coronadas por grandes hachas afiladas.   Tiene sistema de agua corriente, sistemas varios de balanza, hornos….   Un lugar para visitar

 

1 comentario en «La cocina de Caterina y Diana»

  1. la «fontaine» (aguamanil) de la foto 15 y la «daubière» (olla rectangular de tapa de bordes para contener brasas) de la foto 21, son absolutamente idénticas a las que poseo
    sólo me faltaría el castillo de chenonceau…

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