Durante nuestra estadía en Sapa (llamada los Alpes de Vietnam) pasamos mucho pero que mucho frío. Al ya encapotado cielo vietnamita, que no deja entrever ni una sola estrella, se aunó un frío penetrante. Los termómetros marcaban unos 10ºC pero la humedad nos hacía tiritar. No alcanzaban las capas.

De modo que cuando fuimos a cenar en el mercado central de la comida y nos ofrecieron un hot pot, el grito fue unánime: SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!

El Hot Pot es una suerte de sopa mongolesa muy común por esta zona y que consiste en una rico caldo de carnes animales a los que se les agrega una gran cantidad de vegetales frescos  verdes ( familia de lechugas, yerbabuenas, mentas, hojas de coriandro y otras que no reconocí), hongos y, en nuestro caso, un ave local muy particular: el pollo negro. 

Se trata de un pollo de piel negro grisácea pero que curiosamente la carne también es muy oscura, casi negra. 

La sopa estaba sensacional. La receta irrepetible. Y el frío que nos quitó…insuperable!

 

 

 

 

 

 

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