
Nada como levantarse en la mañana y conseguir un buen desayuno.Lo cual no necesariamente es una tarea fácil cuando se está viajando.
En la Place du Cirque en Ginebra, caminando por el mercadillo del usado que alli se instala desde temprano en la mañana, y saltando tenderetes de viejas espadas, zapatillas de charol, espejuelos antiguos, en una invernal mañana con 2 °C, dimos con una vieja casa rodante convertida en improvisado restaurant.
Su especialidad son las tartas saladas o dulces en formas de quiche , tarte tatin, gugelhopf o crumbles. Para tomar, chocolate caliente y , muy pero muy recomendado, un potente chai té indio.
Los quiches que comimos estaban realmente deliciosos ( el mio de calabacines, menta y queso de cabra; el de Ali era tipo mediterraneo con tomate, aceituna negra y queso).

La atención fue igualmente una delicia: la simpática Nelly, de Colombia, atiende con cariño y esmero a sus clientes al igual que Daniel Sepe (lecafecaravane@bluewin.ch ) , el dueño del local.