Estuve hace pocos días en Lüneburg, Alemania. Es una encantadora y pequeña ciudad a unos 50 km de Hamburg. Quizás fuese la presencia de los canales de agua o quizás por estar decorada muy navideña gracias a las fechas, o quizás fue la neblina presente durante los dos días que estuve allí. Por una o todas las razones,  el caso es que Lüneburg recuerda un cuento de hadas.  Sus callejuelas de edificios impecables que parecen casitas de gengibre ,  sus ventorrillos en la plaza del Ayuntamiento, las vitrinas llenas de galletas y chocolates y a lo largo de las calles, unas casas con replicas de los cuentos infantiles mas populares y que ante la presión de un botón permitían al pasante escuchar la narración.

Alguien se relame con los schmalzkuchen recién hechos...
En una de las ventas comí schmalzkuchen recién fritos. Son unas masas cuadradas que se frien y luego se espolvorean de azúcar. Un pecado que puede uno cometer de vez en cuando…

En otra panadería vi los deliciosos rollos rellenos de semillas de amapola, muy típicos alemanes y también húngaros. En la confiserie Arko (http://www.arko.de/) compré una pieza de mazapán ( el alemán tiene un sabor muy particular; tiene un toque a almendra amarga que no se consigue en otros mazapanes) y me traje a casa un excellente Stollen ( un pan típico de la navidad alemana que consiste en una masa con muchas especies y frutas confitadas. Este tenía ademas mazapán…Mmmmmm)


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