Desde que vivo en Cataluña, calçotada es sinónimo de amistad. Es un convivium alrededor de una cebolleta quemada y un almuerzo en donde los comensales comparten a manos llenas de ceniza.
En esta ocasión, fueron Pere y Coia que nos invitaron a su masía. La pasamos de fábula, entre risas, charlas y siembras de olivo y de avellanas.
Gracias, Coia! Gracias, Pere!