
Este domingo 8/2/2009 fuimos invitados a una calçotada a las afueras de Valls a casa de la familia Contijoch. La oportunidad de compartir en la mesa con María y Josep María y dos de sus hijos y nuera se presentaba como una muy especial oportunidad de compartir alrededor de una mesa con nuevos amigos.
Nada como compartir alrededor de una mesa. Este hermoso convivium resultó una hermosa experiencia rica en cariño, calorías y conocimientos nuevos…
Así que tomen buena nota porque les voy a dar, paso a paso, el deber ser de una excelente calçotada.

Para empezar, Josep María siembra sus propio calçots. Se trata de una cebolla dulce y su nombre deriva de «cubrir» ya que para permitir que crezca un tallo largo y blanco se le va cubriendo con tierra a medida que esta va creciendo.
Luego, se debe tener listo un buen fuego vivo (que se logra usando ramas muy finas de madera, kindling) para colocar los calcots.

Ya ven en el plato las proporciones de las mismas.

Se coloca todo en un vaso mezclador y se tritura agregándole gradualmente dos o tres cucharaditas de pimentón (paprika) y el aceite vertido lentamente como se hace cuando se prepara una mayonesa (La mano de Laia, la nuera, es la que vierte cuidadosamente el aceite de oliva de manufactura casera…).


Como no hay banquete sin postre, y no hay postre más catalán que una crema..catalana, María nos tenía preparada su propia receta la cual terminó de preparar delante de nosotros….


MERDE ALORS, VOUS NE M’AVEZ JAMAIS INVITÉ GOUTER LES CALCOTS, ANTOINE