
El café Kurhaus forma parte del famoso casino de Badem-Badem. No busques aquí vigas de madera roídas por las termitas ni peluches de terciopelo desgastado por ilustres posaderas. Se trata de un espacio claro con una fachada sostenida por cristaleras y columnas blancas, cada una adornada con un globo de cristal de aire modernista. El establecimiento tiene un restaurante funcional abierto a la terraza frente al auditorio de música donde a veces canta un coro casi angelical o interpreta una orquesta partituras de Mozart mientras en el Kurhaus la gente toma refrescos sutiles o le entra fieramente al codillo.

se puede estar antes y después de ser esquilmado por la cobra que da vueltas en la ruleta. Según haya ido la suerte uno puede darse un banquete o pedir un agua mineral con bolitas. Ya no se suicida nadie.