Por pura casualidad, y sabiendo que estaríamos en la zona de Cremona, conseguí en internet información sobre l´Antica Corte Pallavicina. La imágenes me capturaron y no dudé en reservar tres noches allí. El viaje bien valió la pena por razones que en el momento de la reserva no sospechaba. La primera, es que este hermoso castillo convertido en Relais (hotel y restaurante de una estrella) está en la zona de denominación de Zibello, que produce el que es considerado el rey absoluto de los embutidos italianos, il culatello di Zibello.
Los dueños del Relais, Massimo y Luciano Spigaroli, han rescatado una raza local de cerdos negros y en el sótano del castillo está el museo del culatello que es, literalmente, para desmayarse. Salimos de allí con una pieza de poco tiempo de envejecimiento porque, a decir verdad, nos gusto mas que las envejecida ( estamos hablando de sublime a excelso, ya me entienden, no?).
A la magia desde enclave en la llanura de Po cremonese se le suma la nevada que cayó y cubrió la región. La noche que cenamos en el restaurante -de forma rectangular y las paredes de cristal- lo hicimos con los copos de nieve cayendo por ambas paredes laterales. Cenamos su plato estrella, la faraona y una sopa cubierta con un pan que se eleva con el calor y le da al plato una teatralidad única.
A menos de 10 minutos, pudimos visitar la casa natal de Giuseppe Verdi en Le Roncole (Via della Processione, 1 1, 43011 Roncole Verdi PR, Italia).