
El Año Nuevo en los barrios chinos de las diferentes ciudades occidentales son una experiencia divertida y que debe presenciarse alguna vez en la vida. Hace muchos años atrás, tuve la oportunidad de asistir con mi hermana Carlota y mi mamá Lucrecia a uno de estos festivales en New York. Participaron miles de personas y, a pesar del frío newyorquino, la multitud, los fuegos artificiales y el colorido de las calles, hacían que la temperatura ambiental pasara a un segundo plano.


Ahora nos tocó el turno de celebrar el inicio del año del Buey en Londres, con -2°C. No había tanta gente como pensaba pero si tuvimos la oportunidad de presenciar algunas cosas interesantes como:

La preparación del «Dragon´s Beard Candy» : una masa finísima que recuerda una madeja de pelos, con un relleno de maní. La preparación de esta masa es muy curiosa y el resultado final es sorprendente…
Otra cosa muy simpática es que los dueños de los restaurantes colocan un pedaño de repollo para que el dragón que pasea por las calles se lo coma y luego se lo «escupa» encima .


