
Existen expresiones propias de cada cultura. Para los hombres de maíz-como diría Asturias- uno no puede imaginarse que el aceite sea de otra cosa que… de maíz. Aunque últimamente se nos recomendaba, por los lados de America, los de girasol, los de palma, los de colza (canola) y el de oliva, si bien está última planta no es autóctona.
Veo en el fondo que ya saltó alguien a recordarme que Chile ya esta produciendo aceite de oliva. La verdad es que el que probé me pareció insignificante. De modo que sigamos adelante.
Pero desde que vivo en el Mediterráneo me encuentro con el frecuente error de pedir en los restaurantes que den un poco de aceite de oliva. La aclaratoria- que para mi es automática- resulta absurda. Basta levantar la mirada para ver que el verdadero mar que me rodea no es solo el Mediterráneo sino el océano de nobles olivos, algunos de ellos milenarios. Estoy literalmente sumergida en olivas.
Sin embargo…sin embargo… creo que gracias a los nuevos aceites que se están consiguiendo en los mercados, tendremos que ir aclarando, para satisfacción de los picos finos, que aceite queremos para nuestra vinagreta.
De aquella frase sencilla de mi nonna Antonietta “Insalata ben salata, poco aceto, molta oliata” hemos pasado a una sofisticación de sales con sabores, vinagres en reducción, pimientas variopintas y aceites…ahh, los aceites…en una variedad asombrosa.

Me he dedicado a comprar aceites de diversos frutos secos y me he conseguido con verdaderas sorpresas: aceite virgen de piñones (http://www.huilerie-beaujolaise.com ), pistacho, almendras , nueces (http://www.latourangelle.fr/france/products.php ), avellanas, semillas de uva, de brocoli, de Argan, macadamias, aguacate, coco y sésamo, por mencionar algunos.
Cabe destacar que en su mayoría son de producción francesa. Los de frutos secos los uso generalmente en ensaladas. El de sésamo lo tengo virgen y también extraído de la semilla tostada. Este último lo uso más para cocinar platos asiáticos. El de coco lo uso poco por razones de salud pero es indispensable para comida thai.

Pero de todos estos aceites el más impactante es de la almendra amarga que se encuentra en el interior de las ciruelas (http://www.plumoil.com )
Es de una potencia aromática que con solo abrir el frasco se inunda la cocina de olor amaretto. Hay que usarlo con parsimonia. Yo diría incluso que con un atomizador de aceite; de lo contrario, se taparía cualquier otro sabor.

Y no me he puesto a hablar de los aceites aromatizados: a la naranja, al limón, al peperoncino. Aquí les muestro el que tengo de la casa del Caviar en París: el de trufas. (http://www.caviarhouse-prunier.com ) que compré en la tienda de la Madeleine.
Los invito a probar estas untuosas delicias…